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PSEUDOCIENCIA:

Como su nombre lo indica, una "pseudociencia" es una ciencia falsa. Esto es, resumiéndose, en una doctrina que pretende asimilarse a una ciencia (y se presenta como tal), pero no sigue el riguroso método científico que permite analizar la estabilidad y veracidad de hipótesis y teorías. En otras palabras, no hay cómo probar que estas creencias sean ciertas, y en muchos de los casos se logra demostrar que no funcionan. A veces es difícil diferenciar unas de otras, especialmente para aquellos que no tienen una formación científica que le permita ver las falencias en los argumentos que los pseudocientíficos usan. Empecemos por algo muy reconocido, la homeopatía.

No nos iremos por la teoría, sólo hay que mencionar que la homeopatía nació hace un par de siglos en Alemania como una medicina natural y alternativa. Esa es la parte que muchas personas saben, que es una medicina alternativa, y que es una medicina natural. Y también es común creer que porque algo es natural, también es bueno. Hemos sacado muchos de nuestros medicamentos de la misma naturaleza. De un hongo del género Penicillium sacamos la penicilina, de la corteza de sauce sacamos la aspirina, de la planta de la adormidera sacamos los analgésicos opiáceos. Sabemos que ellos funcionan, por ende la homeopatía también debe funcionar, ¿no?

La respuesta es no. La homeopatía no tiene ningún efecto registrado más allá del placebo. ¿Por qué?, porque a diferencia de los medicamentos mencionados anteriormente, los medicamentos homeopáticos parten de la errada premisa de que lo similar cura lo similar (el equivalente a tomar cafeína para combatir el insomnio, algo que no tiene sentido), y además siguen una serie de procesos conocidos como potenciación y dilución, en los que van en contra de todas las leyes de la física para potenciar el medicamento, al punto de no dejar un solo compuesto activo en la pastilla que luego nosotros ingerimos. A veces es incluso imposible distinguir en un laboratorio los componentes de una pastilla y compararlas con otra pastilla de un medicamento homeopático diferente. A pesar de que en los artículos de revisión y muchos ensayos clínicos que demuestran que la homeopatía no funciona, todavía vemos comerciales de aquel famoso "antigripal" en televisión, vemos esos medicamentos en las farmacias, se pueden comprar fácilmente (a pesar de su desorbitado precio). ¿Por qué pasa esto?, la respuesta es compleja, pero básicamente son permitidos porque no son tóxicos. Como se decía anteriormente, los compuestos activos son prácticamente inexistentes, por lo que la pastilla que decía contener cafeína para combatir el insomnio no tendrá la suficiente concentración para producir un efecto en el organismo. Es por eso que es básicamente imposible tener una sobredosis con homeopatía. Sin embargo, ¿son peligrosos? La respuesta depende de la enfermedad que se desea tratar. Muchas de las enfermedades se curan por sí solas luego de un tiempo y un debido reposo. Tomar homeopatía durante un resfriado no hará que el resfriado se cure más rápido, simplemente no hará ninguna diferencia a parte del efecto placebo. La gente se cura del resfriado y relaciona su curación con el hecho de haber tomado homeopatía. Sin embargo, ¿qué pasaría si no fuese un resfriado?, ¿qué pasaría si fuese cáncer, VIH, diabetes, anemia o enfermedades cardiovasculares? La situación es diferente. En el primer escenario la homeopatía era inofensiva porque el cuerpo finalmente se curaría solo, pero en el segundo escenario el organismo necesita la ayuda de un tratamiento para poder sobrevivir. Entonces si reemplazamos ese medicamento necesario por uno que no nos va a hacer nada, es simplemente quedarnos con los brazos cruzados ante el incesante avance de la enfermedad.

Es común hoy en día ver casos así por todas partes, gente que prefiere consumir homeopatía en lugar de tratarse la otitis con antibióticos, sólo para terminar desarrollando una mortal septicemia. Gente que prefiere este tipo de terapias para tratar el VIH en lugar de consumir los antirretrovirales, sólo para terminar con SIDA y tuberculosis. O aquellos quienes rehúsan realizarse quimioterapias para tratarse con homeopatía y regresan al hospital con una desgarradora metástasis. Parece ficción, pero esta es la realidad, las noticias llegan todos los días y desde todas partes.

A pesar de todo esto, la homeopatía sigue siendo una de las pseudociencias más famosas. Sin embargo, existen otras terapias que no sólo son inútiles sino que también pueden llegar a ser muy peligrosas, una de ellas es la terapia del SMM (Suplemento Mineral Milagroso). Como su nombre lo indica, quienes promueven su uso alegan que es milagroso, es una panacea que sirve para todas las enfermedades y patologías que uno se pueda llegar a imaginar. Lamentablemente la gente no sabe que el compuesto activo de este producto es el Clorito de Sodio, y tampoco saben que es un químico utilizado para potabilizar agua en las plantas de tratamiento, para limpiar piscinas o para fabricar papel. Es un compuesto tóxico cuyos efectos pueden llegar a ser letales. Afortunadamente es una pseudociencia que aquí en Colombia está prohibida por INVIMA, pero eso no significa que la gente no siga utilizándola y engañando a más incautos.

¿Cómo y por qué se propaga esta información falsa?

Hay muchas razones, las tres principales son las siguientes:

1. IGNORANCIA:

Es común, nadie nace sabiéndolo todo y nadie muere sabiéndolo todo tampoco, no es raro que ciertas cosas se escapen de nuestro conocimiento, especialmente si no tenemos una cultura científica bien formada. El escenario es común y los ejemplos son más que cotidianos. A uno le puede llegar una cadena en WhatsApp anunciando que las vacunas causan autismo. Este mensaje no tiene citas ni fuentes científicas, no sabemos quién lo escribió originalmente, sólo sabemos que nos lo envió algún conocido que lo debió recibir de otro conocido y así sucesivamente. Podemos tener dos reacciones posibles, la primera es mirar las falencias en el mensaje que estamos recibiendo y detectar que la información está rara, o la otra es comentar "Terrible. Oremos" y reenviarla a los grupos de familia y a todos los contactos. Esto se combate fácilmente con educación, aprendiendo a identificar los bulos para no seguir propagándolos.

1. MALAS FUENTES:

Partimos también desde el punto anterior. Me llegó la cadena en WhatsApp y yo veo que la información está mal presentada. Yo tengo curiosidad en el tema y quiero saber más al respecto, pero no sé dónde buscar. Entonces hago lo que todo el mundo hace, entro a Google y escribo "¿Las vacunas causan autismo?". Google me agrega un montón de resultados, miles y miles de letras azules en donde puedo hacer clic. Las dos primeras son en las que yo me enfoco, una es de un blog que afirma vehementemente que las vacunas Sí causan autismo, otra es de un compendio de una revista científica que nos cuenta que no hay relación entre el autismo y las vacunas. ¿Y qué es un compendio?, ¡jum, ni idea!, entonces le doy clic al link del blog, que de hecho es el primer resultado que me aparece y el que tiene el titular más llamativo. He caído en la trampa, he entrado a una página que pudo haber escrito cualquiera, que no usa citas científicas, que nadie revisó el texto antes de ser aprobado y publicado. Ahora yo creo que las vacunas sí causan autismo, lo he buscado en internet y eso es lo que he leído. Entonces empiezo a propagar la información.

Esto se puede evitar sabiendo bien dónde y cómo investigar. Hay herramientas como Scielo, que son webs donde se pueden encontrar artículos científicos de acceso libre en donde nos podemos instruir. Allí sabremos quién los escribió, cuándo se publicaron, cuáles fueron los resultados, de dónde se saca la información y también podemos contrastarlos con otros artículos. Muy diferente a lo que veíamos en el mensaje de WhatsApp, ¿verdad? SI hubiésemos dado clic a segundo link nos habríamos ahorrado un montón de problemas.

1. POCO ESPÍRITU CRÍTICO

Esta es la causa de las dos anteriores, muchas veces no examinamos correctamente la información que recibimos, no dudamos, no criticamos, nos lo creemos todo. Un espíritu crítico es esencial para cualquier cosa, y es algo en lo que muchos estamos fallando. La información que recibimos debe pasar por tres fases: El análisis (donde comprendemos el argumento que nos están dando, entendemos de qué se trata), la crítica (donde vemos sus falencias y errores, identificamos las partes donde la información es imprecisa e incluso falsa) y por último la creación (en donde a partir de lo que analizamos y lo que criticamos empezamos a crear nuestro propio argumento, nuestra propia postura frente a este tema). Importante: Analizar, criticar y crear.

Las noticias falsas se riegan como pólvora, pueden ser inofensivas y graciosas, o pueden también causar mucho daño de forma accidental o intencional. Recordemos lo que pasó hace un par de años con los rumores de que había un cadáver en los tanques de Pony Malta (y que esto le causó grandes pérdidas a la empresa), o cuando se esparció el rumor de aquel juego "Charlie Charlie" que estaba corrompiendo a los niños y resultó siendo una campaña publicitaria para una película de terror, aquellos que dicen que el VIH no existe o que el cáncer se cura tomando agua de limón. Ejemplos hay muchos, y cada día salen más y más. Hace poco tiempo fue linchado en Bogotá un hombre que presuntamente se había robado a un niño, la noticia falsa se propagó como una enfermedad y los vecinos terminaron linchando a muerte a una persona inocente. Todas estas cosas se pueden evitar simplemente desconfiando de todo e informándonos con las fuentes adecuadas. Así que, la próxima vez que reciban una noticia extraordinaria, fíjense en todos los detalles, en la ortografía, en el medio de difusión, en la fecha, en el autor, en las pruebas que presentan, busquen la información en otros portales de noticias para contrastar la veracidad.